El ilimitado Cuarto Poder en México: los militares en la 4T

militarización de izquierda

En su columna titulada “El Cuarto Poder”, Ricardo Alexander Márquez, maestro en Administración Pública por la Universidad de Harvard y profesor en la Universidad Panamericana, advierte sobre los riesgos de la militarización del país.

“El problema es evidente y está encima de nosotros”

Ricardo Alexander Márquez, profesor de la Universidad Panamericana, advierte sobre las consecuencias de la apatía, la conveniencia o el haber cerrado los ojos ante la progresiva militarización del país en tiempos de Andrés Manuel López Obrador y la transformación de las Fuerzas Armadas en el Cuarto Poder del país, expresado abiertamente por el general Luis Cresencio Sandoval, al declarar que México necesita la suma de esfuerzos de los “sectores político, económico, social y militar”.

Como señala Alexander, quizá no sea posible determinar exactamente en qué momento las Fuerzas Armadas se conviritieron en el Cuarto Poder, pero “todos nosotros estábamos observando” mientras avanzaba cada vez más para serlo.

“Apenas estamos abriendo los ojos cuando el problema es evidente y está encima de nosotros. Es ahora cuando nos damos cuenta que el orden constitucional, tan mentado en los discursos políticos, ha sido sustituido por algo más.

En ese nuevo orden existe un Cuarto Poder. Una enorme maquinaria bélica que tiene el uso exclusivo de armas, pero que también construye y administra los proyectos de infraestructura más grandes del sexenio. Que pone a sus miembros a cargo de la seguridad pública de los estados de la República, pero igual reparte medicinas en los hospitales. Que controla puertos, aduanas y aeropuertos”, apunta.

Llegó “como la humedad”

En palabras del experto, la consolidación del poder de los militares en México no fue a través de sus buenos resultados en el combate a las organizaciones criminales, su transparencia ni su capacidad para rendir cuentas: “fue más bien como la humedad”, y fue afianzándose poco a poco de la mano de López Obrador tras su llegada a la presidencia:

“Si bien es cierto que su poder no es nuevo, el caldo de cultivo fue perfecto para que, a partir de 2018 pudiera introducir profundamente sus tentáculos en todos los ámbitos del poder público. Sólo faltaba un mando civil manipulable y guiado por miedos y fobias, para poderse meter hasta su cocina, literalmente”.

Ricardo Alexander advierte que el Supremo Poder Militar es el que dirige actualmente el rumbo del país y ha logrado hacer ver cualquier voz crítica y toda disidencia como un aparente “traición a la patria”, mientras que conserva privilegios sin que le importe destruir la “buena” reputación creada por décadas. Además, el riesgo ya no solo se trata de que exista un Cuarto Poder aparentemente a la sombra del presidente, sino que “fuera de toda lógica, ha logrado que el poder civil le abra la puerta hacia la presidencia”.

“Ahí está la evidencia. El Cuarto Poder le dice al Poder Ejecutivo qué funciones civiles quiere absorber. Le manda al Poder Legislativo qué reformas llevar a cabo. Le ordena al Poder Judicial y a la Fiscalía General de la República qué procesos judicializar y en qué sentido deben ir las sentencias. Hasta le exige declarar como constitucional algo que evidentemente violenta la Carta Magna”.

Frente a ello, el académico lanza un reclamo a quienes lo han permitido o han callado, como Alfonso Durazo, Adán Augusto López en el primer caso y Olga Sánchez Cordero en el segundo, y también a aquellos opositores como Alejandro Moreno e Ildefonso Guajardo por votar a favor de que los militares continúen en las calles. Reclama a todos aquellos que han empoderado de alguna manera a un grupo que se asume por encima de la ley, sin transparencia ni rendición de cuenta, que espía y neutraliza a sus opositores, a “un monstruo de mil cabezas al que muchos mexicanos insisten en acariciar y seguir alimentando”.

“A todos esos civiles que, contra toda sensatez, decidieron hincarse frente al Cuarto Poder y entregarle su libertad, hoy les decimos que ustedes son los culpables de violentar la democracia que tanto trabajo nos había costado construir. Y, las consecuencias, también ustedes las van a padecer”.

Con información de Excélsior

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