En diciembre de 2017, Andrés Manuel López Obrador dejó la dirigencia de Morena para ser el candidato presidencial de ese partido. Desde entonces ese instituto político está acéfalo.
En lo que se elegía a un dirigente, Yeidckol Polevnsky, quien era Secretaría General, se quedó al frente del partido, hasta su salida tras denuncias por diversas irregularidades. Alfonso Ramírez Cuellar quedó como presidente interino, en lo que se renovaba la dirigencia, cosa que no ha sucedido.
Desde noviembre de 2019, Morena debió renovar a sus dirigentes, aunque en los hechos, este partido no ha realizado un proceso interno para renovar a sus liderazgos desde 2017.
Encuesta llena de irregularidades
Debido a irregularidades como reglas antidemocráticas, un padrón parcial y poco confiable, fue imposible realizar un cambio de dirigencia en los tiempos marcados por las autoridades electorales.
Luego de no cumplirse las fechas mandadas por la ley, el Tribunal Electoral (TEPJF) determinó que sería el Instituto Nacional Electoral (INE), el responsable de organizar la renovación.
De nuevo, acusaciones de corrupción, presiones, una metodología poco clara e inconformidad entre los participantes, tiene parado el cambio de dirigencia.
Actualmente hay 71 candidatos que buscan ser presidente de Morena. Recientemente el INE dio a conocer los resultados de una encuesta de reconocimiento, la cual dejó inconformes a todas las partes.
Tribunal frenará proceso hasta el 2021
Ante estas denuncias de fraude y presiones en el INE para hacer a un lado a algunos candidatos, el Tribunal Electoral tiene contemplado cancelar el cambio de dirigencia y postergarlo hasta pasadas las elecciones del 2021.
Según el proyecto de sentencia, en el proceso hubo una serie de irregularidades que empañaron el proceso, además de que el método que seleccionó el INE no es el ideal para llevarlo a cabo.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha criticado a su partido y al proceso y lo ha llamado “mucho pueblo para tan poco dirigente”.
