La famosa transparencia no ha llegado al gobierno como tanto ha prometido. La Auditoría Superior de la Federación detectó que 8 mil millones de pesos que se gastaron en la reconstrucción de los sismos de 2017 y 2018, no se sabe a donde se fueron.
Según la ASF, en 2019 se entregó dinero sin calendarios ni controles, nula supervisión de obras y beneficiarios, subejercicios o sobreejercicios sin explicación lógica, informes incompletos o contradictorios, sistemas de seguimiento que nunca se pusieron en marcha, entre otros problemas.
El dinero del programa estaba destinado para la reparación de viviendas, hospitales y otros sitios. Sin embargo, debido al caos de organización, se se puede saber que tanto han avanzado estas obras o si se han realizado.
El portal Animal Político mencionó varias irregularidades que se dieron:
- Vivienda. Se destinaron 5 mil 240 millones de pesos para la reconstrucción o reparación de 180 mil 545 viviendas. Al final, se reportó solo identificación y entrega de 36 mil 495 subsidios, casi la quinta parte del universo objetivos.
- Escuelas. Se destinaron 800 millones de pesos para reparar 736 planteles afectados. Sin embargo se gastó más y se atendió a menos escuelas. El dinero “invertido” fue de mil 230 millones de pesos y las escuelas apoyadas fueron 296. De esa cifra, no se sabe dónde están ubicadas el 30 por ciento de las escuelas.
- Hospitales. El objetivo era atender 109 centros de salud. El gasto programado fue de 800 millones de pesos. Los apoyos llegaron a solo 81 hospitales y clínicas.
