Morena y la 4T: un movimiento fracturado

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Con tantos conflictos internos y discordancias ideológicas en Morena, es inevitable cuestionarse ¿qué será de este movimiento y de la Cuarta Transformación después de AMLO?

¿Qué pasará si no hay un acuerdo?

En la lucha interna por suceder en el cargo al presidente López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional se está fracturando en una ruptura que podría poner en riesgo al movimiento, a la Cuarta Transformación, e incluso provocar en corto tiempo una desintegración que la debilite y le quite el poder que ahora ostenta. ¿Qué pasará si no logran reintegrarse para 2024, sea quien sea el candidato a la presidencia? ¿Lograrán heredar el proyecto de AMLO y dar continuidad a su visión, incluso cuando él supuestamente desaparezca de la vida pública y se vaya a La Chingada en cuanto concluya su administración?

“La situación por la que atraviesa el partido guinda no es única. Existen muchos otros casos que se han dado en el mundo en los que cuando el líder deja de tener un papel relevante en el escenario político se dividen y se desvanecen, precisamente por las disputas internas”, explicó en entrevista con Reporte Índigo Gustavo López Montiel, politólogo del Instituto Tecnológico y de Estudios Tecnológicos de Monterrey (ITESM).

El especialista detalla que Morena se conformó por varios grupos que impulsaron a López Obrador para que por fin lograra su objetivo de convertirse en el presidente de México en 2018. Sin embargo, estos grupos no necesariamente eran afines y ahora, cada uno por su lado, buscan ser los herederos del triunfo del mandatario y la 4T. “A este tipo de partidos se les conoce como “Splinter Parties” (…) podríamos decir que también le sucedió al Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo cual incluso de alguna manera llevó a la creación del Movimiento de Regeneración Nacional”, señala López Montiel.

AMLO y la soberbia de creer que un testamento es más importante que la Constitución

Para “resolver” las dudas sobre la continuidad de la cuarta Transformación en caso de su muerte, luego de tener COVID-19 por seguramente y someterse a un cateterismo cardíaco, el presidente López Obrador informó que tiene un “testamento político” que supuestamente ayudaría a mantener la gobernabilidad del país y a terminar de construir el proyecto que comenzó con su gobierno para “transformar la vida pública de México”.

“Tengo la responsabilidad de actuar previendo todo, cualquier circunstancia, más cuando iba yo a someterme a este cateterismo y tengo desde hace algún tiempo un testamento y ya siendo presidente le agregué un texto que tiene el propósito de que, en caso de mi fallecimiento, se garantice la continuidad en el proceso de transformación y que no haya ingobernabilidad.

Sin embargo, un “testamento político” de AMLO no asegura, ni de lejos, que haya unidad en Morena. Si ni siquiera en vida ha podido evitar la división, ¿cómo lo lograría en caso de fallecer durante su mandato? En este sentido, López Montiel apunta que el presidente deberá mantener alianzas entre los grupos para que el movimiento perdure, “y la mejor manera de lograr esto es dando espacios de poder a todos los grupos, especialmente a los dos más fuertes: el de Marcelo Ebrard y el de Claudia Sheinbaum”.

“Mario Delgado evidentemente es parte del grupo de Marcelo Ebrard, quien se disputará la candidatura con Claudia Sheinbaum y esta facción a la que podríamos llamar los duros por ser quienes iniciaron junto con López Obrador el movimiento, y quienes además se creen que tienen la condición moral para ser quienes se queden en el lugar del hoy presidente de la República”.

La carrera por la presidencia de 2024 aún es larga y es posible augurar que será cada vez más encarnizada, y que a las ambiciones grupales y personales se irán sumando cada vez más denuncias de los militantes de Morena, pues hasta el momento 30 mil de ellos han denunciado la falta de democracia en los procesos internos y decisiones que se toman al interior del partido.

Con información de Reporte Índigo

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