Alerta CNDH sobre muerte de soldado que fue enterrado vivo por su superior

enterrado vivo

Tras la muerte de un soldado que fue enterrado vivo durante un entrenamiento, la CNDH alertó sobre estas prácticas y violaciones a los derechos humanos, que suelen ser frecuentes entre los militares.

Entrenamiento mortal

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha recibido una fuerte recomendación por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a causa de la muerte de un soldado quien fue enterrado vivo durante un entrenamiento. En esta, se le ordena al Ejército que los familiares del soldado tengan atención psicológica de forma gratuita y una indemnización. Asimismo, la Comisión Nacional ha dado un periodo de tres meses para que la Sedena imparta a las fuerzas especiales del Estado de México y de Baja California un curso sobre derechos humanos.

El día 24 de noviembre del 2020, dentro del Subcentro de Adiestramiento de Operaciones en el Desierto, en Mexicali, 38 sargentos dirigían un entrenamiento para construir búnkeres en posición defensiva. El programa finalizó a las tres de la tarde y el coordinador del curso ordenó tapar los agujeros y “sanitizar” el terreno usado. Entonces, un oficial al mando le dio la orden a un soldado de meterse al búnker 8 y empezó a sepultar al soldado aventándole tierra, por lo que este acabó enterrado. Después de este hecho, otro oficial ordenó lo mismo a otros cuatro soldados como una forma de castigarlos.

“Salgan como puedan”

Los soldados quedaron sepultados completamente por la tierra y el superior comenzó a caminar por encima de ellos, lo que ocasionó que la arena quedará más compactada. Entonces el oficial ordenó: “Salgan como puedan, por su cuenta”. No obstante según testimonios, por “el peso de la tierra y porque entre ellos se empujaban” no lograban los soldados escapar. Además, el documento informa que:

“Las autoridades responsables empezaron a tomar fotografías riéndose de lo que estaba ocurriendo (…) este tipo de prácticas eran recurrentes y las realizaban cada vez que el coordinador se alejaba del lugar”.

A consecuencia de esto, compañeros de los soldados tuvieron que auxiliarlos. Sin embargo, según se lee en la recomendación, no lograron ayudar a una de las víctimas, pues “no se percataron de que la víctima mortal quedó al interior”. Posterior al rescate, uno de los militares que habían sido enterrados volvió al búnker en busca del cargador de su celular y, al remover la tierra del agujero junto con otros soldados que lo acompañaban, encontraron al primer soldado, quien había permanecido enterrado y se encontraba inconsciente. Entonces, dieron aviso a los superiores y fue trasladado al hospital militar a las 5:45 pm, pero llegó sin signos vitales.  

Según la necropsia, la causa de muerte fue “asfixia por obstrucción de vías respiratorias altas”. El forense indica dentro de su dictamen que “se localizan cantidades excesivas de arena en los ojos, nariz, boca y laringe”. “Era prácticamente imposible que dicha obstrucción hubiese sido provocada de manera accidental o voluntaria y más bien se orienta al homicidio”, añade.

Familiares de la víctima piden intervención de la CNDH

La Sedena contactó el mismo día a la familia del militar para informarle que había fallecido, pero sin decirles las causas específicas. Entonces, los familiares, al enterarse del informe de la autopsia, decidieron dar aviso a la CNDH el 2 de diciembre de 2020 para que interviniera y coadyuvara al esclarecimiento de lo sucedido.

Entonces, la Sedena fue obligada por la CNDH a iniciar un proceso judicial militar. Un año después, el juzgado determinó prisión preventiva para los oficiales que dieron la orden a los soldados de enterrarse. Uno de los superiores se encuentra en la cárcel desde el 23 de octubre del 2021 y el otro está prófugo.

La CNDH ha realizado revisiones a la práctica “entierro momentáneo de clases de instrucción”, la cual es frecuente entre los soldados, para que los accidentes y fallecimientos paren. Entre 2019 y 2021, la Comisión estimó que las Fuerzas Armadas mexicanas tuvieron más de 1.6 mil quejas por violaciones a los derechos humanos de los militares.

Con información de El País

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