Te explicamos qué es la financiarización de la vivienda y por qué atenta contra los derechos humanos. Así como sus consecuencias.
3 datos que dan contexto
- La financiarización de la vivienda consiste en que casas y departamentos se vuelven activos financieros, los cuales son adquiridos por personas o empresas no para habitarlos, sino como inversión para venderlos o rentarlos. Lo que cual permite la especulación de precios.
- Se trata de un fenómeno global. En México ha tenido un crecimiento exponencial por la falta de regulación y la corrupción. Entre las principales consecuencias está la gentrificación, desplazamientos y desahucios, altos costos de las viviendas y modo de vida.
- El trabajo remoto durante pandemia disparó la movilidad de los nómadas digitales. Su llegada acentúo el proceso de financiarización en colonias que ya eran consideradas de alta plusvalía, por ejemplo, en la Roma y Condesa de la CDMX. La firma de convenio del gobierno capitalino con Airbnb provocó severas críticas y visibilizó con mayor amplitud la problemática. Además de enfatizar el acceso a la vivienda como un derecho.
3 razones por las que la vivienda debe ser un derecho, no un privilegio
- La especulación en los precios por la financiarización de la vivienda, ha vuelto casi inaccesible para la mayoría de la población adquirir o rentar una casa o departamento. Un sondeo de la UNAM sobre la situación de la vivienda en CDMX durante la pandemia arrojó que el 55 % de las personas tenían dificultades para pagar el alquiler o la hipoteca. Mientras que más del 60 % se mudaron al no poder costear su vivienda. En el último año, el precio de los alquileres en zonas céntricas de la CDMX aumentó hasta en 40%, según datos de Propiedades.com.
- Esta situación atenta contra el artículo 4 constitucional que dicta “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”. Si los precios de las rentas van desde los $5,655 pesos hasta los $25,000 en CDMX (dependiendo la alcaldía y colonia) una persona que gana el salario mínimo, de $9, 372 pesos en 2023, vería casi imposible sustentar un hogar propio. Los compañeros de casa o seguir en hogar familiar son las opciones más viables para la población joven.
- Se fomentan prácticas gentrificadoras, de segregación y limpieza social. El ejemplo más claro son las medidas implementadas por Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc. Activistas y organizaciones de derechos humanos han acusado a la funcionaria de imponer políticas contra la cultura e identidad de los habitantes; así como de criminalización hacia personas en situación de calle o comerciantes ambulantes. De igual forma, barrios y pueblos han sido “rebautizados” por desarrolladores inmobiliarios para incrementar el costo de inmuebles. Es el caso de Tepito, ahora Reforma Norte, o Tacubaya, llamada Condesa Sur.
Expertos opinan
“Se empezó a correr la voz en el mercado extranjero y dijeron ‘vámonos a México, es un paraíso estar ahí’, a nivel moneda por supuesto no es lo mismo comprar una vivienda en Europa o en Estados Unidos, la diferencia de dólares o euros representa una gran oportunidad y esto eleva el precio de la vivienda a nivel local“
Daniel Narváez, CEO y cofundador de 3|10 Real Estate Studio.
“Este es un proceso de financiarización, en donde entra la gentrificación, pero también muchos otros procesos que tienen que ver con la intensificación del modelo neoliberal… La vivienda deja de ser protegida, regulada y promovida por el propio Estado y desaparece y se lo deja todo al mercado y le permite que haga básicamente lo que sea”.
Rosalba González Loyde, consultora independiente y profesora de la UNAM.
¿Cómo realizan estos desalojos forzosos? Con procesos judiciales corrompidos, intimidación y violencia. Muchas veces, los desalojos forzosos se realizan con violencia sin intervención, registro o regulación de autoridad alguna, ni vigilancia de derechos humanos.
— Gatitos contra la Desigualdad (@GatitosVsDesig) September 14, 2022
¿Qué hacer ante la financiarización y sus consecuencias?
La vía contra la financiarización de la vivienda es la organización vecinal y comunitaria. Así como concientizar que se trata de un problema que eventualmente afectará a una mayor proporción de la población. No solo la que es residente, es evidente el impacto hacia quienes se desplazan para trabajan en estas zonas, como en el precio de servicios o alimentos.
Ejemplos de organización son los habitantes del Pueblo del Xoco, alcaldía Benito Juárez. René Rivas, miembro de la Asamblea Ciudadana, indicó que la zona lleva alrededor de una década siendo víctima de invasión inmobiliaria. La última obra a la que pusieron fuerte resistencia fue la Torre Mitikah.
En Tlalpan y Coyoacán, vecinos y pobladores de los pueblos originarios se han organizado y movilizado contra el mega proyecto Conjunto Estadio Azteca. El cual consiste en la construcción de edificios para vivienda, hotel, un centro comercial, áreas verdes y estacionamiento. El complejo afectaría el, de por sí precario, abastecimiento de servicios como el agua.
Recientemente, tomó fuerza el caso de Rodrigo Muñoz Dromundo, quien adquirió un departamento de lujo en el complejo City Towers Black; sin embargo, fue víctima de fraude por parte de la inmobiliaria. Ahora se ha organizado con otros 40 propietarios para hacer prosperar la denuncia.
También pedir y apoyar una mayor regulación del mercado inmobiliario. Un primer paso lo han dado ciudades como Barcelona, París, Amsterdam, Berlín, Londres, Nueva York y Singapur, para frenar la competencia desleal de Airbnb.
Con información de Nexos, The Washington Post, Reporte Índigo, UNAM.